El Ministerio de
Educación (MINERD) informó que investigará en los centros educativos la
frecuencia de las prácticas de supuestos "juegos de asfixia" y
"Charlie Charlie" que atentan contra la salud física y mental de los
estudiantes.
La directora general de
Orientación y Sicología de Educación, Minerva Pérez, anunció que este jueves
los técnicos de su departamento se reunirán con directores, profesores y
orientadores de los centros educativos para plantearles los lineamientos y la
actitud que deben adoptar para prevenir esos juegos. 
Mediante una comunicación
de prensa, la funcionaria llamó a los técnicos de las Regionales, Distritos y
centros educativos a tomar acción inmediata, y les solicitó que identifiquen y
documenten los casos que se han presentado para hacer una valoración objetiva y
ofrecer la atención e intervención que amerite cada caso.
Las medidas es en
respuesta a las denuncias sobre supuesta prácticas de juegos peligrosos en
centros de estudios, que ponen en peligro la salud y la vida de estudiantes.
Apuntó que en los
últimos días el MINERD ha recibido información de que en algunos centros
educativos se está haciendo frecuente la práctica de los denominados
"juego de la asfixia" y "Charlie Charlie". 
El del asfixia es
provocado por uno de los participantes del juego, que induce el desmayo de otro
del grupo ahorcándolo, y lo que, según especialistas, puede causar daños
irreversible al cerebro.
El "Charlie
Charlie" es una práctica supuestamente "paranormal" en el cual
se utilizan dos lápices o lapiceros con dos respuestas "No" y
"Si", en el que se hacen preguntas a un supuesto espíritu que a
legadamente contestará moviendo los lápices. 
Minerva Pérez exhortó a
docentes y familias a observar cualquier cambio repentino en el comportamiento
del niño, niña o adolescente, tanto en el hogar como en la escuela, sin
exagerar ni hacer atribuciones inmediatas, fomentando la comunicación afectiva
y efectiva entre padres e hijos, conversando con ellos sobre el tema e
invitándoles a estar atentos a identificar cualquier señal de alerta, la cual
deben comunicar de inmediato a la dirección o al personal de orientación o de
psicología del centro, a fin de tomar las medidas necesarias y oportunas. 
Dijo que en esa tarea
deben estar involucrados docentes, estudiantes y familias en procura de alertar
sin alarmar o llamar la atención innecesaria de aquellos centros donde esos
casos no se conocen.