En
albergues e improvisados refugios, cientos de colombianos expulsados de
Venezuela por el gobierno de Nicolás Maduro intentaban reencauzar sus vidas
ayer en la ciudad de Cúcuta, adonde seguían llegando por la crisis fronteriza
entre los dos países, que ya deja 7,000 afectados. Autoridades colombianas y
miembros de la Cruz Roja y de agencias de la ONU asistían a los retornados.
Según el último balance oficial, estas personas sumaban 1,097
deportados y un estimado de entre 5,000 y 6,000 repatriados voluntariamente
tras el estado de excepción decretado el viernes por Maduro en un sector de la
frontera.
La medida, motivada por el ataque de desconocidos a militares
venezolanos en medio de una operación anticontrabando que Maduro atribuyó a
“paramilitares”, era rechazada fuertemente en Colombia, donde el drama
humanitario se vivía en los centros de acogida y a orillas del río Táchira,
frontera natural entre ambos países y por donde este jueves seguía el éxodo de
colombianos con sus pertenencias a cuestas.
“Feo que la canciller de Venezuela (Delcy Rodríguez) diga que
esto no está pasando, que es mentira”, dijo a la AFP Ernesto Chivatá, un
panadero de 41 años, en alusión a la reunión celebrada la víspera entre las
ministras de Exteriores de ambos países. Chivatá refirió que llevaba una década
en Venezuela pero se vio forzado a huir por amenazas de la militarizada Guardia
Nacional Bolivariana (GNB). “Para qué nos va a tildar a nosotros de paramilitares
si nosotros no manejamos armas, manejamos las manos”, agregó.

 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario